viernes, 19 de diciembre de 2008

Un pedazito de Buenos Aires


Quiero destacar que disfruté muchisímo al escribir éste artículo espero que ustedes también.
Amanecer
Como todas las mañanas, luego de desayunar con mi abuela y preparar mi vianda, salgo silbando bajito hacia mi trabajo.
El sol se despereza y sus tibios rayos se cuelan entre los edificios tocando a los árboles como la mano de una madre acaricia a su hijo para despertarlo.
Las palomas anuncian un día caluroso y los gorriones, entre el follaje juegan y chinchorrotean como niños de jardín de infantes en recreo.
Las sombras, lentas en su andar, van dejando paso a la claridad y esta me muestra las caras de sueño de quienes como yo se dirigen a comenzar su jornada, una sonrisa se me escapa al pensar que yo debo verme igual.
Una suave y fresca brisa ingresa por mi nariz llenando por completo mis pulmones, suave, refrescante, limpio, cristalino, sensaciones que se me cruzan por la cabeza. Un árbol de delicadas florecillas violetas parece sentir lo mismo ya que me pareció ver como su copa se ensanchaba al igual que mi pecho.
Violeta y verde lindo contraste al gris de la ciudad.
El agua se deja oír correr, los encargados de edificios salen todos casi al unísono para baldear las veredas.
Agua, flores, aves, aire, de repente se me hiso a la idea de un paisaje feng shui.
Llego a la avenida y un insolente rayo de sol se clava en mis ojos ¡DESPERTATE! me está diciendo. si, si, estoy en eso.
El transito todavía es tranquilo y sin estridencias. El simpático muñequito color blanco del semáforo me invita a cruzar, a mitad de trayecto el muñequito comienza a enojarse titilando enrojecido, mejor me apuro.
Continuo mi andar, un aroma a pan y facturas recién horneados me envuelve, me seduce y frente a mi la vidriera iluminada como un carnaval muestra galletas, masas y tortas. "tranquilo fiera, tu novia te puso a dieta..." agacho la cabeza y sigo mi camino.
En la otra esquina, el canillita en su puesto de diarios acomoda los suplementos dentro del periódico y los repartidores muñidos de sus carritos y sus tupidos llaveros están prontos a iniciar sus recorridos por los edificios del barrio.
Los manequies de las tiendas de ropa parecen saludar a todos los que pasan frente a ellos pero nadie les devuelve ni un gesto salvo yo "Te ves Preciosa hoy" quiero imaginar que me sonríe pero no tiene cabeza.
Ya hay más gente en la calle, el gruñir de las cortinas anuncian la apertura de los comercios y una veintena de personas en la parada del colectivo me dicen que otra vez voy a viajar parado.

La ciudad a despertado ¡Buen día para todos!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La Música Aplaca a las Fieras



Al igual que a mi abuelo me gusta llegar a casa tomar mi guitarra y tocar los pocos temas que tengo como repertorio o prácticar alguna melodía nueva esto hace que mi cabeza se despeje de un día agotador de trabajo.


En el banco que cobra la jubilación mi abuela suelen contrtar músicos para hacer la espera mas grata, uno de ellos una persona entrada en canas, un personaje pintoresco aompañado de su guitarra y una sonrisa sin igual hace el deleite de los jubilados con tangos, milongas, valces y algún que otro chiste.


Mi compañero de trabajo, gustoso de la música heavy metal, cuando llevo mi guitarra el tipo se transforma se comunica a través del instrumento y este pasa a ser una parte mas de su cuerpo y entrega todo su sentir en cada acorde.


¿Como es que un montón de sonidos unidos en funciones matemáticas desencadenen tantos sentimientos?


La realidad me muestra que todos en mayor o menor parte nos la pasamos escuchando música a través de los mp3 o celulares,etc.


La música estimula el alma y lleva los sentimientos de un lado a otro según el ritmo o las letras; o hace que la imaginación vuele a lugares insospechado.


Tengo un gusto muy amplio rock, clásico, melódico, folcklore, salsa, etc pero cuando estoy con Camila, mi guitarra, las valadas son las que me pierden en un mundo de suaves y dulces acordes.


La música aplaca las fieras que despiertan la rutina diaria.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La gente y el deporte





Caminando por el parque Rivadavia, en pleno corazón de Caballito, vi a varias personas trotando o haciendo alguna actividad física. Esto no es raro ya que es un paisaje común en casi todas las plazas y parques de Buenos Aires, es mas, yo he sido parte de ese paisaje alguna vez pero ahora como observador noté algunos detalles, gestos y actitudes a los que nunca les había prestando atención y para sacarme cualquier duda volví al otro día. Los detalles que pude marcar son mínimos casi imperceptibles pero están.


Las personas que están por comenzar la actividad física tienen en sus caras un dejo de entusiasmo y determinación esto también se puede ver en su forma de caminar, por el contrario a las que se dirigen a comenzar su jornada laboral se las ve como resignadas y desganadas.


Las personas que transitan por la ciudad lo hacen apurados, atropelledos, sin si quiera ver por donde caminan, hay cierta des concentración en sus caras por el contrario las que corren lo hacen sin apuros, administrando los tiempos y su oxígeno, concentrados en su meta.


El que termina su día de trabajo se lo ve cansado, astiado, abatido y con cara de pocos amigos; el que termina la actividad física también se lo ve cansado pero hay satisfacción en su cara y hasta deja ver cierta sonrisa.


Todo esto lo viví en algún momento pero no fui capas de verlo, ahora caigo en cuenta que el deporte no solo hace bien para bajar la pancita sino que también estimula mente y alegra el alma.


Hace tiempo que quiero volver a la actividad física y extraño las maratones en las que participaba. Mi abultado abdomen y mi espíritu me exigen que tengo que volver al deporte...



Si cuidamos la raíz del árbol, la fragancia y las flores vendrán por si mismas. Si cuidamos el cuerpo, la fragancia de la mente y el espíritu vendrá por si misma...

viernes, 28 de noviembre de 2008

Amor al Plato


Alguna vez alguien me dijo: "No hay acto de amor mas grande que cocinar". Con el tiempo lo entendí y es que el cocinero deja su mejor esfuerzo a diario para brindarles a sus comensales el sustento y que este sea sabroso y apetecible.
Casi siempre el cocinar implica una relación afectiva, la Sra. que cocina para el marido y/o los hijos, el caballero que prepara una cena romántica para su novia o esposa, la abuela que hornea galletas o tortas a sus nietos, el asado con amigos, la pasta del domingo en familia, la cena de fin de año con los parientes, pizza y fútbol con amigos, te canasta con las amigas, etc.
La comida es el motivo de reunión por excelencia, es la ocasión de compartir y el mejor momento para el diálogo.
En mi caso particular cocinar es terapéutico, el hecho de preparar los ingredientes, mezclarlos, sazonarlos me pone en estado de concentración tal que me libera de la agitación del día, ni hablar del placer que provoca ver a tus invitados disfrutar de los platos que preparaste con tanto esmero.
Un momento muy feliz en mi vida fue cuando los domingos con mi abuela nos acodábamos en la cocina y mate de por medio preparábamos unas deliciosas galletitas con dulce de membrillo (pepas), no había ni radio ni televisión solo los dos charlando de todo, desilbanando recuerdos, pasándola muy bien al calor del horno.
Para concluir cuando se sienten a la mesa piensen que no solo están recibiendo un plato de comida también están recibiendo amor.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La cultura y la gente 2

Tengo que confesar ,con agrado, que en algún aspecto del artículo anterior me equivoqué, en el sentido que las autoridades tenían que hacer un esfuerzo mas para promover la cultura y la prueba de mi error fue el concierto al aire libre que se realizó en el obelisco porteño el sábado 22/11 por la tarde. En lo que no me equivoque fue en el consepto que la gente se siente muy atraídas por estos tipos de eventos. A continuación transquivo una nota que se refiere a este magnifico concierto.


La Sinfónica de Berlín triunfa ante 30.000 personas en Buenos Aires

BUENOS AIRES (AFP) — Unas 30.000 personas celebraron el Día de la Música en Buenos Aires con un concierto al aire libre ofrecido en el atardecer del sábado por la Orquesta Sinfónica de Berlín, dirigida por el argentino Jorge Uliarte.

El público ovacionó la selección de piezas clásicas que brindaron los músicos desde el escenario montado al pie del Obelisco, principal icono de la capital argentina.
El repertorio fue pensado para que pudieran disfrutarlo tanto los melómanos expertos como la gente que no frecuenta las salas de concierto.

El programa incluyó música de películas, el clásico vals Danubio Azul, de Johan Strauss, la Danza Húngara Número 5, de Jonannes Brahms, y Oblivio, del argentino Astor Piazzolla.

El director, nacido en Argentina y radicado en Salzburgo, se dio el gusto de dirigir para porteños y visitantes el final de la sinfonía Heroica, de Beethoven, de quien es declarado admirador.

La multitudinaria platea escuchó en silencio y con fascinación, consciente de ser invitada de lujo y gratis a la actuación de una de las orquestas más prestigiosas del mundo.

El concierto fue organizado por el ministerio de Cultura de la ciudad.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

La cultura y la gente

El sábado proximo pasado fui testigo de un acontecimiento cultural interesante como fue LA NOCHE DE LOS MUSEOS. Asombrado me percaté la masiba convocatoria que tubo y me dió a pensar...

La gente esta deseosa y disfruta de la cultura en todos los aspectos y rubros y por lo que pude observar, sin distinción de edades ni generos. Las calles del centro eran una fiesta de transeuntes todos equipados de sus mapas y guias.

Me pregunto:

¿Por que las autoridades no organizan estos eventos mas seguidos y con una extesión mayor?

Mi punto de vista es que la comunidad, contrario a lo que se cree, gusta y disfruta de la cultura y no se hasta que punto nuestros gobernantes hacen algo para fomentarlo con mas enfasis, veo propuestas en los medios de difusión, meciones pequeñas casi imperceptibles en comparacion a otro tipo de avisos y noticias.

Se puede hacer mas, quiero hacer mas...

PGSS21